Cuando decimos que una persona que ostenta un alto cargo como el vicepresidente de la República Renuncia a su cargo, bien podemos imaginar que lo hizo a motus propio. Más, cuando una persona de ésta jerarquía anuncia que el mismo presidente de la República publicó en gaceta oficial el decreto de su destitución, no hay dudas... Lo botó.
Somos de la creencia de que el presidente de la República de Panamá, Ricardo Martinelli, actuó de forma impulsiva al destituír a JUAN CARLOS VARELA, actual vicepresidente de la República como canciller, bajo la excusa de que ostenta cuatro cargos y no puede atender ninguno a tiempo completo. Porque él mismo ostenta varios.
Nos preguntamos si no sería un pase de factura por el hecho de que JUAN CARLOS VARELA, actual presidente del partido panameñista se negó junto con los principales miembros de su partido a apoyar el proyecto de Ley de la Segunda vuelta electora, porque ésto era inconstitucional y lo que buscaba era asegurar que el actual partido gobernante accediera nuevamente al poder en el año 2014.
Panamá está convulsionado, hay amenazas, declaraciones fuera de tono que incluyen a la misma familia de parte y parte, renuncias y destituciones. Miles de funcionarios públicos están a punto de ser destituídos. Panamá está en un clima de intranquilidad.
En mi opinión todo se generó por la inscripción masiva de adherentes del partido del presidente de la República, Cambio Democrático, ya que fue tan grande que sobrepasó al partido que contenía más adherentes en el país.
Luego vinieron los consejos de los que rodean al presidente y por supuesto, le pidió la renuncia al canciller. Esto origino que muchos ministros de estado que son del partido del canciller, se solidarizaran con éste y presentaron su renuncia también.
Esperamos que éstos hechos no generen en violencia o en actos contrarios a la ley y al orden público.
No tienen porqué prevalecer los odios personales.
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