Autor: Alberth Kuestha Mothera: Nacido en Colombía, con
66 años de edad al día de hoy, estudió diferentes disciplinas a nivel
universitario sin conclusión o titulo obtenido, lector desde los siete años, de
gran curiosidad, y en estos últimos tiempos dedicado a escribir y expresar sus
sentimientos y percepciones de su entorno a través de poesía y
algunos cuentos.
***Yo agregaría que es un buen escritor con profundo sentido humanístico.
***Yo agregaría que es un buen escritor con profundo sentido humanístico.
En estos tiempos de cambios urbanísticos, y lenguajes
de paz, ¿que quisiéramos hablar de Colombia? sé que el sentir de todo
colombiano, es el querer siempre tener una imagen de esta Colombia bella
y agradable, y qué más quisiera que hacer una nota de solo deleitosos momentos,
que más pareciera una guía turística como imán para atraer visitantes, donde
los podamos pasear por esos lugares tan ciertamente bellos, exquisitamente
hermosos e inigualables en el mundo como son por citar algo de pronta referencia,
nuestra magnifica catedral subterránea en las minas de sal de Zipaquira, las
fuentes del lava patas y los monumentos de la cultura de San Agustín en
Pitalito (Huila) el museo del oro en Bogotá, con piezas de increíble belleza,
orfebrería inigualable en oro puro dejada por las diferentes culturas
aborígenes que poblaban estas tierras antes de ser diezmadas por los españoles.
Y heme aquí escribiendo con la idea de construir un texto de
diferente perfil a otros que he publicado, tratando de olvidar ciertas
cosas, no obstante como un relámpago que alumbra la noche oscura, nos llega la
noticia, de que por ahí por santa Rosa de Osos en el norte de Antioquia diez
infelices campesinos han sido masacrados por bandidos, rezagos de aquella
bandas de para militares que no se desmovilizaron en los procesos de paz
anteriores, y es que siempre en todos estos movimientos, siempre dejarán atrás
grupos armados por si acaso, haciendo ruido para no perder la costumbre.
¿Pero es solo Colombia? No nos engañemos, Colombia es un
paraíso frente a los problemas del mundo, si viviéramos en España, Inglaterra,
o los Estados Unidos, para no hacer una lista interminable, de igual manera nos
sobrecogeríamos por diferentes actos de barbarie, cuando no es un excombatiente
el que se encarama en la azotea de un edificio con su potente rifle de
francotirador a matar gente al azar, lo hace un niño en una escuela.
México por ejemplo tiene zonas donde las bandas de los zetas
y los narcos efectúan matanzas, muy sonadas, que opacan por momentos los
bombazos vividos en Colombia, tal parece que Satán tiene abierto su concurso en
el mundo entero, de inscripciones para el galardón del más malo.
No obstante el habitante de bien la gente que no quiere
dejarse untar de esto, continua su vida tratando de crearse un ambiente
diferente, así por ejemplo en Acapulco o en Veracruz donde se han registrado
sendas masacres muy sonadas, las gentes siguen divirtiéndose en la playa, sin
perder su alegría confiados en estar en las manos de Dios y no de su
adversario.
Y es que sí estos grandes dueños del universo tienen sus
rencillas y diferencias, ¿que esperamos miserables humanos creados por el
todopoderoso que pase en nuestras vidas?
En los miles de años que la humanidad ha registrado en su
paso por la historia, desde que Herodoto decidió empezar a contar, las guerras
y los holocaustos han sido el pan de cada día y escasamente un par de cientos
de años se ha vivido en paz.
Los medios de comunicación han avanzado tanto, que las
rencillas caseras son de conocimiento universal, desde que se implantó en los
celulares por allá en el 1997 una cámara fotográfica o de video todo lo que
pasé casi al instante en cualquier lugar del mundo es noticia.
Así que para que amargarnos los colombianos con lo que pueda
pensar el vecino, si el viejo refrán dice que a veces por mirar el mugre en el
ojo ajeno no percibimos la viga que tenemos en el nuestro.
Colombia nuestra bella y soberana Colombia,
tiene raíces violentas desde el principio de los tiempos, la colonia y
conquista por los españoles altivos, valientes, bravos y bien malos, impusieron
su religión y sus costumbres con la espada en una mano y el Cristo en la otra.
Y así nacimos nosotros, católicos apostólicos y romanos,
pero con sangre en las venas.
Ahora miremos nuestra otra Colombia, la real porque es
la de la mayoría de los colombianos, ojalá agrade a mis paisanos,
tan religiosamente colombianos, pretendiendo evaluar los pros y los contras, es
decir percibir una Colombia positiva por encima de la nefasta sombra negativa,
y para ello, no podría tener otro miraje que resaltara la belleza de nuestro
país, sino hiciera hincapié en el paisaje, de una geografía exuberante de
montañas y cordilleras con secretos milenarios de riquezas sin par, donde la
vida vegetal y animal derrocha su abundancia y hermosura con
especies únicas en él mundo, como si del paraíso se tratara, bañándose estas tierras,
con ríos, milenarios, adornados con estuarios de una belleza sin igual en otras
partes del mundo, exhibiendo las más impresionantes cascadas, lugares
paradisiacos donde se forman fuentes de variados e impresionantes,
colores, de espectáculo sin igual para quien pueda tener la dicha de
contemplarlos, y al mirar este paraíso pueda sentirse en la sangre, el orgullo
de sentirnos colombianos, y formar parte de la hermosa y hospitalaria
gente que vive en este país.
Para recordarme tantas cosas lindas de nuestra tierra
he recibido de un amigo unos videos que estoy disfrutando en este momento,
y su sencilla frase de presentación, dice así:
Ahí te envío un par de videos que he bajado de “you
tube”, estimado Alberh, para que rememores las andanzas, por nuestra tierra, y
manifiestes tu opinión por nuestras cosas bellas:
uno te alegrara la vista el espíritu y el corazón con
la paradisiaca sinfonía de exóticas y bellas mujeres de diferentes regiones de
Colombia, y podrás observarlas inocentemente vestidas o en atrevidos trajes de
baño, y otro te llevará a un paseo por nuestros paisajes, disfruta pues
de la alegría que a los ojos llega, y la paz que al espíritu circunda al
contemplar el verdor de nuestros campos, y el florido color que la luz
Solar de un limpísimo cielo azul, resalta como el mejor de los marcos a un
cuadro sin igual de sinfonía de belleza en nuestras flores que parecen más
bellas aún en los días lluviosos, de nuestros bosques, parques y jardines.
Flores que platican en horas eternas, con millares de insectos
de todos los tamaños y todos los colores, acariciando con sus pétalos, en el
vuelo las multitudinarias alas de la variedad exótica de avecillas de
increíble variedad, colorido y belleza, cuyo cantar parece un mensaje de los
ángeles del cielo, y que se divierten soñando con el murmullo del agua
cristalina que baja de las montañas a besar estas tierras, trayendo un mensaje
de vida sin igual en exóticos peces de colores y variedad de sabores, que
aroman los hogares con alimentos inigualables en el mundo como lo son aquellas
viandas aderezadas con papa y yuca de los “viudos” de capaces y micuros, sin
olvidar el exquisito bagre de sin igual sabor.
Paisajes y vivencias, que se adornan con estas
bellezas colombianas, de hermosas mujeres, que rivalizan en
hermosura con la percepción estética más agradable y bella que soñarse se
pudiera, y que inspiraron en su interior emocional a poetas como José Eustacio
Rivera, Porfirio Barba Jacob, José Asunción Silva, Vargas Vila, y Jorge Isaac,
entre los más nombrados en nuestra época escolar, quienes nos hicieron vivir un
tiempo de sueños, abriéndole el camino a la subconsciencia, para que iniciara
ese viaje de ensoñación contemplativa, y poder sentir ese sentir que hacía
vivir el perfume de las flores, inherente a las acciones, ese lenguaje
contemplativo y silencioso de la amada.
Ese perfil nostálgico, semblanza del alma colombiana,
el espíritu indómito que persevera por encima de los obstáculos naturales y la
violencia del hombre, que nos cuenta Rivera en “La Vorágine” y el amor rayando
en lo platónico de Efraín y María, cuyos labios se encuentran y coinciden al
besar al unísono la dulce boca de un infante, y nos traen para siempre el
recuerdo de los perfumes que aroman los campos, las rosas, las orquídeas de
afamado belleza y nombre, esos lirios que crecen al borde de las lagunas, donde
se mecen los patos en fin…, ese paisaje que inspira al poeta guerrero, o el
caballero de las lágrimas como también se conocía, quien también en algún
momento histórico de nuestra Colombia, fue arrastrado por la incertidumbre, y
alguna vez tomo las armas, pero se defendió mejor con la pluma para crear esa
magnífica obra La María cuya lectura es comparable por el numero de sus
lectores a la del Don Quijote, teniendo al día de hoy más de 150
ediciones, producida ininterrumpidamente.
En silencio primero miré el video titulado mujeres hermosas
en España, y la nostalgia al contemplar esas sonrisas tan hermosas, de las
mujeres más preciosas contempladas, la exuberancia, de sus formas en mujeres
afamadamente hermosas, que se ven en Colombia, con relativa
frecuencia, me hizo recordar con agradable tristeza a mi tierra, porque el
deleite de ese espectáculo al recorrer su geografía, se sentía como
decimos allá, en vivo y en directo, el segundo video muy agradable también me
permitía recordar mis andanzas por aquellas carreteras siempre circundadas de
exóticos paisajes, como sí a pesar de las tristezas de nuestro pueblo, la
alegría que vive el colombiano, su desnuda inocencia, le permita predecir otro
futuro, que apene a la sombra de la muerte, avergüence a los violentos, e
inspiré una consciencia clara a los políticos y gobernantes para que esta vida
alegre hospitalaria y bella de Colombia, no se opaque nunca, y acalle con su
actitud vital, el explosivo y lúgubre cantar de las balas con el mensaje de
muerte, aplacando la sevicia y la maldad de una minoría, que ha olvidado que
vive en un paraíso, al que nunca podrán quitar las raíces de su alegría, que se
desborda allá en las fiestas de San Pedro, donde el amor recorre las calles,
aromado con las sonrisas de mujeres muy bellas, y los bailes de bambucos y
ritmos de folklores, nunca permitan el que se enturbien, ese sentir orgulloso
de ser colombiano, de esos que apasionadamente gritaban, y gritan los triunfos
de los nuestros en las montañas alpinas, en las que fuimos mucho tiempo los
mejores conquistando alturas, en las competencias ciclísticas, cuyos galardones
fueron el conquistar más de una vez la vuelta a España y honrosos lugares en la
vuelta a Francia.
O la gran multitud que coreando un gol sentimos ese tricolor
con verdaderas ganas, mirando las hazañas futbolísticas de un tigre
Falcao de quien se dice es hoy el mejor delantero del mundo o el ágil Jackson
Martínez cuyo ímpetu tiene a los mejores clubes del mundo tras él y la
promesa en este mismo deporte del muy joven james Rodríguez.
En fin, esta satisfacción de los colombianos por sus gentes
puesta muy arriba la emoción y recordándonos las noches de emotiva efusión
pendientes de la valentía de un Pambele, el joven Caravallo, Rocky Valdez, o el
Happy Lora, hacen olvidar las noches de tristezas, y se alzan como una promesa
de un futuro, en el que se pueda convertir este presente en algo promisorio,
donde la bondad y el buen sentir de las gentes siga llevando al mundo en
nuestras flores, el aroma del café y la sonrisa de exóticas mujeres, la
verdadera imagen de esta tierra, que quiere olvidar a esa insolente minoría que
nunca podrá opacar la realidad de esta hermosa tierra.
Ser Colombiano es recordar con nostalgia las alegres
melodías con que el maestro Oriol Rangel y Jaime Llanos irrumpían en los
hogares colombianos a través de la radio, para llevar los sones de bambucos
pasillos y cumbias que son nuestra identidad folklórica, recuerdo con melancolía
las veces que interpretaban los pasillos del joven maestro Luis Cuesta, de
agradables armonías.
Y ese sentimiento del orgullo colombiano es la emoción
sentida, admirando nuestras playas, con sus atractivos naturales, de esas
cumbres nevadas, de vegetaciones únicas en sus laderas, lugares que atraen al
turismo mundial y nos permiten el intercambio de culturas, para que nuestra
imagen pueda llegar a tierras lejanas que cuenten nuestra verdadera historia, y
no los mitos de la propaganda de aquellos que propician las males del mundo.
Y así esta mezcla de sentires, nos hace formar parte de
aquellos lazos invisibles pero existentes que nos atan a nuestras costumbres,
que desbordan en sana alegría de un ambiente cultural e intelectual bastante
notorio, cuyo sentimiento por las tradiciones y los recuerdos entrañables que
nacen en la cotidianidad familiar, compartida en nuestros pueblos y propagada
en las iglesias, en la escuela, en el barrio y en la ciudad, nos dan esa
identidad, que nos hace compartir los sentimientos, al recordar con nostalgia
el aroma del café en las mañanas, el sabor de los pandeyucas, y el disfrute de
esos tamales tan bien aderezados, la vivencia de un sancocho a las orillas del
magdalena, recorrer nuestras campiñas aromadas con el olor de la guayaba
madura, y sentir en el exterior que se nos seca la garganta y se llena el
corazón de emoción al vislumbrar en la distancia los colores del tricolor
nacional, para ser ese colombiano que se pone de pie con respeto al escuchar
nuestro himno, y sabe respetar a sus vecinos porque desde muy chiquito se
aprendía de memoria el manual de urbanidad del profesor Manuel Carreño, y antes
de dormirse aún de viejo se acuerda de rezarle al ángel de la guardia mi dulce
compañía…,
Haber llegado a México en los días en que se presumía que
los colombianos éramos los dueños del mercado de la coca en el mundo, me hacía
vivir momentos de sutilezas y albures, y también me hacía sentir el orgullo de
ser colombiano al comprender que en Colombia un ciudadano o un estudiante
común, tiene la suficiente cultura geográfica e histórica de cualquier
lugar del mundo para no juzgar sin conocer.
Colombia es un país desconocido para los extranjeros ,
quienes solo miran las noticias, deformadas por la mala prensa, estando en
México fui testigo del proceso en la información, años más tarde cuando
se acabo el periodo de los gobiernos priistas, y la mordaza de la prensa
y los medios de comunicación poco a poco llegaba a ser un mito, es notorio, que
el bandidaje, el narcotráfico y sus problemas derivados no son patrimonio de
ninguna manera de ningún pueblo del mundo y mucho menos de los colombianos, el
dólar ha corrompido las conciencias a nivel mundial, los gringos en sus
guerras, siempre han permitido que sus soldados se droguen para soportar la
barbarie y los actos que ejecutarlas implica, los cuerpos de paz que de los
excombatientes de Vietnam, originarían este conocimiento y este negocio
de la coca en Colombia.
Ser colombiano es tener la cultura para aprender y conocer
al resto del mundo para saber callar y omitirse de juzgar, respetando el
sentimiento nacional que cada ser humano siente por su tierra, y amar a nuestro
país sin desconocer las raíces de nuestros problemas, cuando la televisión
andaba por el mundo Colombia, tuvo que esperar doce años para conocerla,
la internet, solo tiene un par de décadas, la viruela desaparecía alrededor del
año de 1977, y los colombianos nacidos posteriormente a la época en que se
desataba la violencia, tienen que entender que el futuro se forma en el
presente, que no se puede ser como el avestruz y esconder la cabeza porque eso
no desaparece el peligro, que solo la educación, la información y la actitud
conociendo nuestras raíces y nuestros problemas podrán permitirnos el seguir
disfrutando de ese paraíso en que Dios ha colocado a los colombianos.
Vivimos en un mundo cambiante, donde la
tecnología hace parte de nuestras vidas, y los males se pasan de nación
en nación como las pelotas de ping-pong, cada segundo y cada minuto de nuestras
vidas hay que valorarlo y vivirlo en su intensidad, la gran responsabilidad del
nuevo colombiano es saber qué hacer con nuestra historia y evaluar la
experiencia compartida a través de la educación social e institucional, y
esperar que en los próximos veinte y tantos millones de minutos de nuestras
vividas se pueda percibir con más orgullo, la presencia de nuestra bandera,
para gritar a todos los vientos con grande alegría , nosotros también somos
colombianos.
1 comentario:
Siempre me ha gustado conocer acerca de Colombia porque me parece un país maravilloso. Ojala pueda obtener vuelos baratos para poder llegar al país cafetero y disfrutar de las atracciones que hay en dicho pais
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