EL SIGNIFICADO Y EL SIGNIFICANTE EN LA POESÍA, PROBLEMA CRÍTICO

Se dice que el cerebro del poeta no descansa. Es como una fiebre, la sonrisa de la primavera le trae flores y el otoño que le trae melancolías nobles, no le trae reposo. Varía solo el traje de su musa: una dama que en primavera usa ropajes claros, sembrados de rosas y en otoño lleva luto (Nervo).

En la mente del poeta hay por un lado ideas fecundas, llenas del deseo voluptuoso de la vida y por las otras ideas melancólicas que pasan vestidas de colores apagados, pensativas y a ratos negligentes, Para llegar a este punto, hay que detenerse en lo que eso representa el significado de la creación del poeta. Desde Saussure, corregido y completado por Dámaso Alonso (Poesía Española. Ensayo de métodos y límites estilísticos, 1950), se sabía lo que debe ser entendido por significado y por significante. Saussure, llamaba significante al concepto. Para Dámaso Alonso el significante es el sonido físico, su imagen acústica. El significado es algo complejo formado por una serie de significados parciales. Ahora bien, nosotros creemos que la cuestión hoy día se plantea de otra forma. Sencillamente se trata de buscar una correspondencia exacta entre la experiencia de que ha partido el autor y la expresión comunicada, para el autor el trabajo de elaboración formal consiste en modelar una estructura lingüística que corresponda tan justamente como sea posible a una experiencia inicial. Mientras esta correspondencia sea establecida por el autor, podrá existir para el lector. 

Opino que la comprensión es correcta cuando se sitúa en el interior del haz de experiencias suscitadas por la lectura, en tanto que permanezcan suficientemente próximas de aquellas de que a partido el autor o sea en pocas palabras, que el lector debe recibir por su cuenta la poesía .Mas esto -se dirá- es algo obvio ¿Porqué exponerlo de forma tan complicada, dándole un aire abstruso? Ah, pero esa en la característica del nuevo criticismo, envolver en una fraseología algo laberíntica nociones conocidas o descubrir el mar del sur todos los días. 

Así hemos llegado a leer ciertos presuntos comentarios de libros poéticos donde se pierde de vista la obra en sí misma y donde el autor convierte los textos en pretextos sin la menor fidelidad al punto de partida. Para mí esto es puro impresionismo carente de sensibilidad artística. 

Debo resaltar los atinados comentarios y críticas de unos cuantos que un saliéndose del marco subjetivo de apreciación retratan al detalle lo que quiere decir el poeta

Un teórico, Sarnetzki, al examinar estas cuestiones (ciencia, literatura, poesía y crítica cotidiana) afirma que si el crítico no es un artista en lo más profundo de su ser, si no flota en sus sueños el espectro de alguna obra de arte ideal, s si no ve en ella más que un objeto interesante en el cual hurgar como naturalista en su laboratorio, ese hombre no puede cumplir satisfactoriamente su labor. 

Es indudable que en el crítico debe vibrar, lo mismo que en el hombre de ciencia una sensibilidad artística latente y pasiva que aunque no disponga de lo que Nietzsche llama “el tercer ojo del poeta”, tenga sin embargo una capacidad de visión superior a la normal. Por ello muchos le adjudican la virtud de un creador. 

Así luego de indagar algunos testimonios me encontré con el de Alfred Kerr cuando manifestaba “El poeta es un hacedor y el crítico es un hacedor de hacedores. Analizar el ser de un autor y buscar el significado, hace que la naturaleza más recóndita de éste salga a la superficie, reproduzca el núcleo de la mente del hombre, recomponga con su visión personal la figura completa, alzándola sobre sus dos piernas y anime a su criatura para seguir adelante”.

Mas opiniones las hay, pero me detuve, por el momento creo que son suficientes, el resto tendrán que aportarlo.

Justo Aldú.