EL BLOG DE JULIO STOUTE

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viernes, 16 de enero de 2015

TRAS LA MÁGICA NARRATIVA DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ (3a. entrega)


JUSTO ALDÚ ©

Luego de hacer impacto el llamado “Boom literario” en la segunda mitad del siglo XX, donde hizo su aparición con un triunfo escandaloso y sin precedentes Cien años de soledad, escrita por un colombiano insignificante en ese entonces, muchos novelistas se volcaron a enriquecer las polémicas, menos el Gabo. Él siempre se mantuvo alejado e indiferente hacia los congresos y simposios. Era escéptico y mostraba escaso interés y desconfianza hacia la crítica. No obstante, otros como Alejo Carpentier, Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa, Augusto Roa Bastos, Julio Cortázar y Ernesto Sábato, no. Ellos defendieron con vehemencia sus posiciones. Al final la presión internacional fue tan grande y los comentarios tantos, que el Gabo salió a la palestra. En ese entonces dijo:

“Yo creo que, particularmente en Cien años de soledad soy un escritor realista, porque creo que en América Latina todo es posible, todo es real”.

Mito y realidad

Examinamos los conceptos mito y realidad en Portobelo, Provincia de Colón, población sobre la costa atlántica panameña donde hay una marcada fusión entre ambos.
En ese pequeño pueblo existe una manifestación cultural que gira en torno a la imagen venerada por miles de personas: EL CRISTO NEGRO y a la que atribuyen hechos sobrenaturales.
Hay varias versiones sobre su llegada al istmo. 
Veremos dos de ellas.
Primera:
“La imagen del Cristo fue tallada en Colombia y embarcada con destino a España. Su escala era Portobelo. Cada vez que el galeón español trataba de zarpar de éste último lugar, el mar se agitaba, el cielo se ponía de tormenta y tenía que regresar. Los habitantes, asombrados por el hecho, dijeron que el Cristo no quería abandonar el lugar y decidieron dejarlo en la iglesia del pueblo.

Segunda:
“El Cristo Negro llegó a Portobelo de Colombia con destino a España. En aquellos días se desató una gran epidemia que estremeció al pueblo. Murió casi el 40% de las personas. Los habitantes imploraron al Cristo para que cesara y así fue, no murió uno más. Todos dijeron que fue un milagro y la imagen se colocó en la iglesia de San Felipe. Desde entonces es venerada”. [1]

El Cristo de la mirada penetrante es sacado en andas el 21 de octubre cada año a las 11 de la noche y recorre las antiguas calles empedradas de su pueblo en procesión de tres pasos hacia adelante y dos atrás a la vez que es bailado en un extraño ritual colectivo que se apodera de las personas dejándolos en un trance de éxtasis; cuando eso sucede, algo extraño se percibe; el viento aumenta, cambia de dirección constantemente y zumba entre los árboles produciendo un sonido que a ratos semeja un alarido. La mayoría de las veces el cielo se nubla ocultando el resplandor de la luna y antes que la imagen regrese a la iglesia una ligera llovizna conocida como “bajareque” cae. Entonces todos comentan que es la bendición del santo y gritan al unísono ¡Viva el Naza! ¡Viva el Rey de Reyes!
Si observamos la procesión desde una colina junto al pueblo, pareciese que el mismo Jesucristo caminara una vez más rumbo al calvario y se balanceara de un lado a otro por el peso de la cruz y el inmisericorde azote de soldados romanos.
La fama del “Naza” o “Negrón” trascendió fronteras con el correr del tiempo y artistas, políticos y deportistas se han visto en el lugar. Todos cuentan milagrosas historias de curación y salvación. Grandes triunfos o estrepitosos fracasos cuando no cumplen con lo prometido al santo.[2]
En otros lugares de América Latina, también existen imágenes veneradas, leyendas y creencias. Así pues, conocemos la leyenda de la Flor de Amate [3] y la del médico José Gregorio Hernández, “Don Goyo”[4].
En el interior de Panamá hay una leyenda: “La Tulivieja” [5] que también se conoce en otros países, claro que cambia de nombre, pero en esencia es la misma.
En Europa se dice que quien toque la estatua del escritor desconocido en Budapest sella su destino hacia las letras.

Algunos mitos y creencias difundidos en Latinoamérica:
v Cuando el viento arremolina las hojas secas en verano a la puerta de la iglesia “El diablo está suelto”.
v Quien se bañe en un río el viernes santo “se convierte en pez”.
v Si hay un aguacero muy fuerte, se pone un cuchillo con la hoja hacia abajo dentro de un vaso con agua y éste cesa o se quema excremento de vaca.
v Un gallote o zopilote dando vueltas sobre la casa es mal augurio.
v Para evitar que la bruja entre a casa, se voltea una escoba detrás de la puerta.
v Se coloca una tijera en cruz bajo el colchón de un recién nacido para alejar y evitar que le molesten el sueño malos espíritus, brujas y zánganos. Sobre todo si aún no está bautizado.
v Un sueño repetitivo es un aviso del más allá.
v El mal de ojo se cura con santiguos de un curandero y una señorita debe pasar en cruz sobre el afectado.
v Romper un espejo significa 7 años de mala suerte.
Esto es material de cantera para el escritor quién además le agregaba su toque personal.
El físico y hombre de letras argentino ERNESTO SÁBATO, autor de EL TÚNEL alude que la novela tiene la capacidad de poder reunir en su esencia una realidad objetiva que existe fuera y una subjetiva que existe dentro del individuo que la experimenta:

“…Aún en las ficciones más subjetivas, el escritor no puede prescindir del mundo y hasta en las más pretendidamente objetivas, el sujeto se manifiesta a cada instante… en tanto que la ciencia prescinde del yo, la novela no puede hacerlo, pero esa imposibilidad es su virtud…”

Parece complejo, pero es sencillo, como decía HENRY JAMES, a finales del S. XIX y principios del XX, autor de “RETRATO DE UNA DAMA” Y “OTRA VUELTA DE TUERCA”.

“El novelista analiza los datos de la vida social, los interpreta y trata de determinar sus rasgos esenciales con el fin de transmitirlos por escrito”

Para mí, un novelista es un pintor de realidades internas y externas que imprime con sus letras de colores en el lienzo toda la fuerza creativa de su mente.


Pero ¿Qué entendemos por realidad?
Tu realidad no es mi realidad y “la realidad” vista desde un punto de vista puede variar desde otra perspectiva. Esa es la percepción.
Partiendo del hecho que puede haber tantas percepciones como seres humanos, llegamos a la conclusión de que la realidad es una zona de la experiencia humana absolutamente compleja, cuyo análisis siempre nos llevará a una apreciación subjetiva y relativa. Esto depende a su vez de la condición histórica, social, racial, ideológica, religiosa, económica y cultural de cada individuo, porque son éstas las que distinguen a una persona de otra. En un pueblo, es la idiosincrasia de su sistema social.  ¿Qué hace el artista? Expresar en su propio lenguaje esa percepción o experiencia personal de la realidad matizándola con creatividad.
Fue lo que hizo GARCÍA MÁRQUEZ con creencias, leyendas y mitos, aunadas a sus vivencias y una amplia cultura. Por eso era necesario remontarnos a la historia, examinar ejemplos y ver criterios, para poder situar su trascendental obra transformando experiencias humanas en fenómenos literarios con su Realismo Mágico. Él redescubrió que la realidad Latinoamericana es compleja y profunda. En ésta, lo sobrenatural se asocia al triunfo o al fracaso, a ganar o perder, a la vida o la muerte; todo un mundo cotidiano heredado de generación en generación que como mar de creencias y supersticiones existe en la conciencia mágica de la gente y que a su vez va ligada al comportamiento histórico, social y político de los agremiados. Parafraseando a GARCÍA MÁRQUEZ: “La visión de la para-realidad”.
De allí que este decía que todo en su conjunto juega un papel esencial en la cosmovisión[6] del Latinoamericano. Los presagios (Un cometa cruzó el Sol, algo malo pasará); las telepatías (Precisamente estaba pensando en llamarte y tú también, es como si nos hubiésemos comunicado de mente a mente); las premoniciones (No sé porqué, pero presiento algo); los sueños (Soñar con culebra es 32 en la lotería o puede ser la vecina bochinchosa) y demás misticismos que nos vienen de nuestros ancestros más remotos. Todo esto no es nada nuevo, ha sido estudiado y escrito por ensayistas, nosotros simplemente ampliamos conceptos y los ponemos en perspectiva aportando alguno que otro dato novedoso.
El premio nobel guatemalteco MIGUEL ANGEL ASTURIAS[7], otro escritor de ésta corriente, estudió al pueblo maya y el papel que jugaban para ellos el sol, la luna, las estrellas y la periodicidad de los cometas con relación a hechos humanos. Un universo místico que a su vez determinaba el ordenamiento sociopolítico politeísta.
Los MAYAS fueron llamados con justificada razón LOS SEÑORES DEL TIEMPO. Era tanta la importancia que le atribuían a esta relación, que construyeron gigantescos observatorios astronómicos y de adoración, uno de esos: La pirámide del Kukulkán, en Yucatán, México.[8] Sus cálculos de la duración del año, la rotación terrestre y solar fueron tan exactos que aún hoy asombran, solo la NASA con moderna tecnología los puede lograr; como prueba visible están los 365 escalones que hay desde la base de la citada pirámide hasta su parte más alta.
Para ellos, el paso de un cometa, un cuerpo celeste no común, tenía una relación directa con hechos que pasarían. Cuando un enfermo salía de un desmayo, se creía que había regresado a la vida y por ende bajado al Xibalbá; conocía el inframundo maya. Incluso sabían de la llegada del conquistador siglos antes de que pisara tierra Americana. ASTURIAS lo plasmó en publicaciones y es terreno de lo premonitorio e indescifrable.
Toda la grandeza de éste pueblo y el misticismo del que hablamos se refleja en el POPOL VUH, la llamada Biblia Maya donde se asocia hechos naturales a lo sobrenatural, dándoles connotaciones fantásticas (La serpiente emplumada) que aún hoy se pueden ver en las costumbres, ritos y creencias de sus descendientes en la región del Quiché que abarca el noreste de Guatemala y parte de Belice hasta Yucatán en la llamada “Ruta maya”.

Acotación: Es una verdadera lástima que inescrupulosos hayan destruido vestigios Mayas de suma importancia en Belice. Un crimen cultural sin precedentes.

En Perú, Los Incas, también eran místicos y creían en lo sobrenatural. He aquí el fragmento de una vieja leyenda incaica:

“Deseoso de ver a su madre, no la halló, supo de una curaca, el cruel castigo, y arrojaron sus ojos fuego de furor, y llamas su corazón de sentimiento. Convocó a los habitantes de aquellos valles. Preguntó por los huesos de su madre, supo donde estaban, fuélos componiendo como solían estar y la resucitó a ésta vida. Trató de la venganza porque solo ella aplacaría el furor, y fue disponiendo el aniquilar al dios Pachacamac. Pero él por no matar a éste otro hermano, enojado con los hombres, se metió en la mar en el sitio paraje donde ahora está su templo y hoy el pueblo y valle se llaman Pachacamac”.
Los Araucanos un pueblo chileno valiente al que jamás venció el ambicioso conquistador, tenían sus creencias.
Así es mi querida América Latina, llamada por el nobel colombiano:

“EL CONTINENTE DE LO FANTÁSTICO”

En fin, si estudiamos la historia y la evolución de la humanidad, observamos que a todo lo que no se podía explicar de forma comprensible el ser humano en todas partes del mundo le dio connotaciones sobrenaturales y místicas. En éste caso García Márquez, impregnó sus creaciones no solo con su entorno, porque muchos de sus personajes nos traen a la memoria el misticismo griego y otros.

Proceso y estructura

Hay un proceso mental en el cual el artista va dando forma a su obra de arte tomando todos los elementos dispersos en su memoria y que reúnen lo esencial de su vivencia en el momento que conoce un hecho, lugar, persona o cosa. Aquí juegan un papel fundamental los recuerdos y manifestaciones del subconsciente. El mayor problema quizá es organizar todos esos datos vivenciales y transformarlos luego en arte. Por eso hablamos del laberinto intrincado de la mente del Gabo, pues sabemos que esa amplia cultura y conocimientos aunados a fragmentos de su memoria mediata fueron incrustados en sus creaciones y son LA MAGIA con que forjó su arte a base de un destacado discurso narrativo.
La misteriosa casa de sus abuelos en el perdido pueblo de Aracataca, que para el escritor fue una especie de “Consultorio de lo fantástico” dejó una huella profundísima en su conciencia. El mismo lo dice:

“Fueron noches de aparecidos y seres sobrenaturales que luego serían protagonistas de sus obras”.

Luego, hay algo clave en la estructura de éstas y que también declara: No debe existir la razón, el análisis o la interpretación. Solo el planteamiento en la perspectiva del creyente. Ese es, a su juicio, el error que han cometido muchas generaciones de escritores. Tratar de explicar la realidad cotidiana. Por eso hay líneas que parecen ilógicas.
Ahora bien, García Márquez siempre insistió en una cosmovisión de la realidad Latinoamericana indivisible y llegó a decir que:
“…el compromiso de un escritor con agallas no es solamente con la realidad política y social, sino con toda la realidad de este mundo y del otro sin preferir…”

Esta declaración, sustenta totalmente su posición y concepción de la realidad ante la casi interminable polémica y nutrida crítica de la cual era objeto cuando lo acusaban de enajenarla.
Autor: JUSTO ALDÚ 




[1]  Leyendas del Cristo Negro de Portobelo.
La imagen fue tallada en Colombia en una madera que con el transcurrir del tiempo adquiere un color oscuro. Muchos la llaman por esto “Nazareno”. El barniz-laca “Palo e´ Rosa” contribuye a oscurecerla más y darle esa característica que ha perdurado a través de siglos.

[2] STOUTE, JULIO A. “Estudio de los ritos, mitos y creencias de la población en Portobelo, Panamá”; Trabajo complementario para optar por el título de Especialista en estrategias de intervención en poblaciones de Alto Riesgo Social.
Universidad Especializada de las Américas. 1988.

[3]  Leyendas Latinoamericanas. 1998. Leyenda salvadoreña.
El Amate es un arbusto de grotescas ramas. No florea ni da fruto, pero cuentan que un día al año a las doce de la noche, una hermosa flor blanca aparece en la parte más alta. Quien logre robarla tendrá todo en la vida, pero antes tiene que luchar a muerte con el custodio, el diablo. Nadie la ha visto, solo los mudos.

[4] Leyendas Latinoamericanas. 1998. Leyenda venezolana.
Cuentan que un hombre muy amable vestido de negro que dice ser doctor y llamarse JOSE GREGORIO HERNÁNDEZ, “Don Goyo”, se aparece en nosocomios y visita a los enfermos terminales en sus camas para sanarlos milagrosamente.

[5]  Mitos y leyendas del interior de Panamá.
La tulivieja o llorona como se le conoce en otros lares es una mujer muy bonita que se fue a bailar dejando a sus hijos solos en casa. Al regresar, no los encontró y desde entonces los busca en las riveras de las quebradas llorando su pérdida. Cuentan que embruja a los hombres y les pierde su camino de regreso a casa; su llanto se escucha en noches oscuras quejándose constantemente.

[6]  La cosmovisión en García Márquez.
Se le llamó cosmovisión porque es una visión integral de las realidades. La subjetiva y la objetiva, sin dejar por fuera el otro mundo ni preferir.

[7] Resumen de investigaciones de Miguel A. Asturias.
 ASTURIAS, MIGUEL ANGEL. Guatemalteco. Primer y único premio nobel de literatura centroamericano.

[8] LAS GRANDES CULTURAS PREHISPANICAS EN AMÉRICA
Existen constancias de que conocían la ubicación de las pléyades y se cree que la inclinación del eje terrestre.

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